sábado, 15 de junio de 2013

Pissarro

EL PRIMER IMPRESIONISTA
El Thyssen reivindica la figura de Camille Pissarro como el auténtico fundador del movimiento que después lideró Monet

Museo Thyssen-Bornemisza (Paseo del Prado,8)
Hasta el 15 de septiembre

A Camille Pissarro (1830-1903) le comieron el terreno sus amigos impresionistas, pero el paso de los años y los estudios críticos han otorgado a este pintor "discreto y humilde" tal y como le llamó Cézanne, el título de ser una figura fundamental de ese movimiento artístico que después lideró Claude Monet. Para hacerle justicia y reivindicar el sitio que le corresponde, el Museo Thyssen ha organizado la primera retrospectiva que se dedica en España a este hombre que, en 1873, redactó los estatutos de la cooperativa que organizó las exposiciones del grupo impresionista.

La muestra reúne 79 obras llegadas de todo el mundo que articulan un recorrido cronológico en el que abundan los paisajes de los pueblos donde vivió aunque también están muy bien representadas las escenas urbanas y vistas de París, Londres, Ruán, Dieppe o Le Havre.
"Todos venimos quizá de Pissarro.... Él es el primer impresionista" Con estas palabras, su amigo Cézanne marcaba la importancia que sus consejos tuvieron en su propia trayectoria: "Pinta sólo con los tres colores primarios y sus derivados inmediatos", me decía", recalca.
Camille Pissarro era el más viejo de todo el grupo y el que tenía más autoridad. De hecho, muchos se referían a él con los títulos de decano y patriarca del Impresionismo. Cézanne, por ejemplo, aprendió de él cuando pintaba junto a él a orillas del Oise, hacia 1873. Y Gauguin heredó de sus enseñanzas el sentimiento de la vida rústica. Por no hablar de Seurat, Signac y los más jóvenes neoimpresionistas, que se beneficiaron también de sus enseñanzas.
Era un magisterio de doble recorrido, pues si bien realizó una labor de protección sobre los recién llegados, él también se alimentó de los nuevos métodos y llegó a abrazar incluso el puntillismo, algo que no hizo ninguno de los fundadores del grupo inicial.
Los especialistas siempre consideraron a Pissarro como un paisajista rural, en oposición al refinamiento de Monet y otros. El críticoThéodore Duret se dirigió a él con estas palabras: "Usted no tiene el sentimiento decorativo de Sisley, ni el ojo fantástico de Monet; pero tiene lo que ellos no tienen, un sentimiento íntimo y profundo de la naturaleza, y un poder de pincel que hace que un buen cuadro suyo sea algo absolutamente sólido".
Y es que, efectivamente, cuando uno contempla los cuadros de Pissarro advierte que suelen tener como argumento el trabajo rural, con los campos arados, los huertos domésticos y los senderos y caminos que cruzan las tierras labradas. Sin embargo, los paisajes de Monet, Renoir y Sisley suelen representar, sobre todo, los escenarios del ocio de la burguesía, con jardines decorativos, praderas hermosas y escenas bucólicas.
No hay que olvidar, no obstante, que Pissarro dedicó una gran atención temprana a la presencia de la industria en el paisaje, como se hace patente en sus vistas de las afueras de Londres o en sus pinturas de las fábricas de Pontoise. El recorrido final de la exposición, que coincide con las estampas urbanas propias del último tramo de la carrera de Pissarro, está protagonizado por las vistas de la estación Saint Lazare, el Boulevard Montmartre, la avenida de la Ópera o los Jardines de las Tullerías.

Pilar Ortega
Metrópoli (El Mundo) del 7 al 13 de junio de 2013


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